Del prensado en frío de las almendras dulces obtenemos un aceite particularmente rico en vitaminas (B y E), proteínas, sales minerales (zinc, hierro, calcio, magnesio, fósforo y potasio) y sobre todo cidos grasos. Parece que sus propiedades se conocen desde la época egipcia: se dice que incluso Cleopatra lo utilizó para mantener intacta su belleza.